Este año se contó con la intervención como ponente del biólogo y paleontólogo Ignacio Martínez Mendizábal, Premio Príncipe de Asturias en 1997 junto a Juan Luis Arsuaga por sus descubrimientos en el yacimiento de Atapuerca.
El Paraninfo de la Universidad de Sevilla acogió ayer el acto de 35º aniversario y entrega anual de premios de la Fundación Avenzoar. Como es costumbre, estos galardones distinguen la excelencia en campos como la investigación científica, el periodismo sanitario, la labor profesional más destacada, el papel de colaboración prestado por la industria farmacéutica a las oficinas de farmacia, así como la promoción de la salud que se lleva a cabo en ámbitos escolares.
El Premio ‘Matilde Reyes Malpica’, que reconoce a dos proyectos de investigación farmacéutica, ha recaído en esta ocasión los trabajos ‘Nanomedicina para mejorar el tratamiento antidepresivo’, de Mª Dolores Cayero Otero, así como ‘Museo de la Historia de la Farmacia de Sevilla’, de Rocío Ruiz Altaba.
Por su parte, el Premio ‘Manuel Fombuena Escudero’, que distingue a los mejores artículos periodísticos relacionados con el ámbito de la farmacia, será concedido en esta ocasión a Marisol Guisasola Ortiz de Villalba por su publicación en la revista ‘Mujer Hoy’ (Grupo Vocento) titulada ‘¿Sabes lo que compras?’.
La convocatoria anual de premios de la Fundación Avenzoar distingue también a un profesional farmacéutico sevillano, que es presentado como candidato y votado por sus propios compañeros. En esta ocasión, los colegiados han decidido otorgar a José Escacena Campos el Premio a la Mejor Labor Profesional a su dilatada carrera en el ámbito farmacéutico. La compañía farmacéutica GSK también ha sido distinguida con el galardón en la categoría de industria farmacéutica por la colaboración prestada en el desarrollo de la farmacia.
Asimismo, Avenzoar también premia la promoción de la salud que se lleva a cabo en las aulas de los colegios sevillanos a través de la realización de carteles, siendo la donación de sangre el tema escogido para ilustrarlos. Este año, Ana Belén Lara García, del Colegio Salesianas María Auxiliadora, ha resultado ganadora.
Como es también costumbre, el acto de aniversario y entrega de premios contó con la intervención destacada de un ponente de excepción. En este ocasión, el invitado fue el biólogo y paleontólogo Ignacio Martínez Mendizábal, Premio Príncipe de Asturias en 1997 junto a Juan Luis Arsuaga por sus descubrimientos en el yacimiento de Atapuerca, y quien destacó en su intervención que el ser humano, «pese a carecer de grandes destrezas naturales ante otras especies», ha conseguido ser «el dueño del planeta gracias a su capacidad tecnológica y de cooperación«.
Las palabras de Martínez Mendizábal –recogidas en la ponencia ‘Atapuerca: El sueño de Darwin’– entroncaron con la teoría expuesta por Charles Darwin en su libro ‘El origen del Hombre’, aunque la idea de colaboración y sacrificio individual en aras de un bien común chocaba con el concepto de selección natural que el propio Darwin había establecido en su obra ‘El origen de las especies’. «¿Cómo puede la lucha por la supervivencia promover la cooperatividad y el altruismo que caracteriza nuestro comportamiento social? Para Darwin, la solución se encontraba en la capacidad de compartir valores y el cariño mutuo entre los miembros de los grupos humanos«, expuso el ponente.
La teoría expuesta por Charles Darwin apenas pudo ser cotejada en su tiempo con los fósiles disponibles. Gracias a los hallazgos del equipo de Martínez Mendizábal en Atapuerca sí se ha podido contrastar cómo aquellos individuos más débiles –con mayor edad y problemas de movilidad, o bien menores con malformaciones y que no servirían para perpetuar la especie– recibían los cuidados de sus semejantes y no quedaban apartados o abandonados.
La afirmación del paleontólogo se basa en los descubrimientos realizados en la denominada como Sima de los Huesos, situada en el interior de la Cueva Mayor de la Sierra de Atapuerca y en donde hace medio millón de años se acumularon los cuerpos de casi treinta personas de ambos sexos y diferentes edades. «Hemos encontrado más fósiles en la Sima de los Huesos que en todos los yacimientos juntos del planeta. Es, con mayúsculas, el yacimiento. En dicha acumulación se encuentran las claves de uno de los principales hitos de la evolución humana. Algo que, sin duda, a Darwin le habría encantado conocer», destacó Martínez Mendizábal.