La dermatitis atópica es una forma frecuente de eccema, muy pruriginosa y recurrente, que puede afectar tanto a niños como a adultos, siendo de hecho la dermatosis más frecuente en la infancia.
Suele comenzar en la etapa infantil y se caracteriza porque se manifiesta en forma de brotes. La distribución de las lesiones varía con la edad. Existen formas de dermatitis atópica de debut en el adulto y formas de dermatitis atópica de la infancia que no evolucionan a la forma del adulto.
La dermatitis atópica se relaciona con otras enfermedades alérgicas como el asma, la rinitis y la conjuntivitis, y los pacientes suelen presentar antecedentes familiares de alguna de estas patologías.

Síntomas

El principal es el picor. Podemos encontrar lesiones muy exudativas (eccema agudo), lesiones rojizas y con descamación (eccema subagudo) y lesiones engrosadas y secas (eccema crónico).
Existe una clasificación según la edad:
  • La primera fase es la del lactante: las lesiones eccematosas tienen preferencia por localizarse en la cara, y es típico que comiencen a aparecer a partir del tercer mes de vida.
  • La segunda, fase infantil: las lesiones presentan tendencia a localizarse en las flexuras (sobre todo en la parte delantera de los codos y en la parte trasera de las rodillas).
  • Por último, en la fase del adulto, podemos encontrar lesiones en cualquier localización, siendo muy frecuentes las formas de eccema de las manos y de los labios.

Rasgos que caracterizan a la dermatitis atópica

Los criterios más importantes para su diagnóstico son:

  • Picor (aparece en todos los pacientes)
  • Edad de comienzo joven
  • Morfología y distribución de las lesiones típicas según la edad: afectación de la cara en lactantes, flexuras en niños y adultos
  • Curso crónico con brotes
  • Historia personal o familiar de atópica (asma, rinoconjuntivitis alérgica, dermatitis atópica)
Pueden aparecer, asimismo, otros hallazgos clínicos, como son: sequedad de la piel (leve, conocida como xerosis, o severa, constituyendo un cuadro conocido como ictiosis), acentuación de los pliegues palmares, queratosis pilar, dermatitis de manos y pies, inflamación repetida de los labios (queilitis), eccema del pezón o susceptibilidad aumentada a las infecciones cutáneas.

Recomendaciones para prevenir o espaciar los brotes

  • Baño con agua templada (máximo 34°C). Evitar el exceso de temperatura.
  • Secar con la toalla sin frotar, sino con golpecitos, para no facilitar que las zonas irritadas se conviertan en herida.
  • Hidratar, incidiendo en los pliegues de las articulaciones: interior de los codos y parte posterior de las rodillas.
  • Higiene: un syndet o un gel en textura aceite, ya que no tienen detergentes agresivos y comienzan por no deshidratar la piel.
  • Mantener cortas las uñas del niño para que no pueda rascarse y herirse la piel.
  • Poner guantes de algodón al niño por la noche para evitar que se rasque al dormir.
  • Uso de emolientes sin perfume.
  • Ropa de algodón absorbente y amplia.
  • Evitar agentes irritantes (jabón, cosméticos, talcos, polvos, detergentes, prendas de material sintético).
  • Evitar la sudoración.
  • Medidas de control ambiental para alérgenos.
  • En piel lesionada cuando hay un brote no se deben aplicar nunca cremas hidratantes, lo único que puede hacer es macerar esa herida y que haya una sobreinfección. Aplicar la crema antiséptica, el corticoide o el inmonumodulador que el niño tenga pautado en el tratamiento.
  • Antes de entrar en la piscina, utilizar crema barrera, sobre todo en las zonas donde ya sabemos que suelen aparecer los brotes. Hacen una película invisible sobre la piel, de forma que el agua y todos los productos disueltos en ella agraden mucho menos la piel.
  • El tratamiento farmacológico de la dermatitis atópica dependerá de la intensidad de los síntomas. Los fármacos de primera línea serían los corticoides tópicos y los inmunomoduladores tópicos (tacrólimus y pimecrólimus tópicos).
  • Los antihistamínicos orales (hidroxicina) pueden ser de utilidad para disminuir un poco la sensación de picor, pero sobre todo para producir cierta sedación por lo que administrados por la noche pueden favorecer el descanso cuando el picor lo impide.

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FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla