¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Seguro que más de una y más de dos, pero esto no es del todo así: si bien es cierto que tener la tensión muy alta es más peligroso que tenerla baja, no podemos quitarle riesgo a una hipotensión en determinadas personas ya que las bajadas pronunciadas de tensión son la causa de muchos mareos, desmayos, caídas e incluso puede llegar a un desenlace fatal si no se trata a tiempo.
Tener unos niveles de presión arterial adecuados (ni altos ni bajos) es necesario para el correcto riego sanguíneo de todos nuestros órganos, y que la distribución de nutrientes y oxígeno sea la adecuada.
Se considera hipotensión aquella situación en la que los valores de presión arterial están por debajo de 90/6 mmHg. En principio, si la hipotensión no cursa con síntomas, no tiene por qué alarmarnos, pero si notamos alguna señal de tener la tensión “por los suelos”, sí sería conveniente acudir al médico. Entre estos síntomas, destacan:
– Mareos o aturdimiento
– Desmayos (síncope)
– Visión borrosa
– Náuseas
– Fatiga
– Falta de concentración
Una hipotensión severa cursa con síntomas más graves, como pueden ser confusión, especialmente en personas mayores, piel fría, húmeda y pálida, respiración rápida y poco profunda y pulso débil y acelerado. Esto es especialmente peligroso en personas mayores.
Dentro de las posibles complicaciones de una bajada repentina de la presión arterial encontramos, como ya se ha citado, las caídas que pueden llevar a una fractura de cadera o de la columna vertebral; además, tanto el cerebro como resto de órganos pueden verse privados de la cantidad suficiente de oxígeno, pudiendo verse dañados si no se trata de forma rápida.
Si tenemos dudas de si esos mareos que a veces notamos se deben a bajadas de tensión, lo ideal es que acudir a nuestra farmacia de confianza para realizaros medidas periódicas, anotarlas y observar los valores; si se dispone de un tensiómetro en casa, pues mejor que mejor… Eso sí, ojo con los aparatos que tenemos, pues deben estar homologados y calibrados con una periodicidad determinada.
Por último, dejamos a continuación una serie de recomendaciones para evitar las bajadas de tensión repentinas en caso de padecerlas; son las siguientes:
- Aumentar la ingesta de agua y evitar las bebidas alcohólicas
- Evitar levantarse rápidamente después de estar sentado o tumbado
- No permanecer de pie por mucho tiempo
- Usar medias de compresión para facilitar el retorno de la sangre desde las piernas
Y como siempre, ante la duda, acude a tu farmacia más cercana donde un especialista en salud podrá informarte al respecto.
Autor/es
FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla