Desde aquí queremos rendirle nuestro pequeño homenaje, tanto al cuidador cualificado como al que no lo está, por su gran labor en la atención de personas dependientes 24 horas al día los 365 días al año siendo estos además el nexo de unión del paciente dependiente con el sistema de salud.
Según la OMS, CUIDADOR/A es aquella persona que atiende las necesidades físicas y emocionales del enfermo.
La responsabilidad de su trabajo es enorme y tiene múltiples funciones, estas varían de unos casos a otros ya que cada situación y cada familia son únicas, por lo que sería interesante elaborar un plan de cuidados para cada caso concreto.
Dichas funciones serían:
- Atender las necesidades del paciente, no es lo mismo cuidar de un paciente que se vale por si mismo que aquel que está inmovilizado, este último necesitaría ejercicios de rehabilitación y cambios posturales para así evitar la aparición de escaras.
- Compañía: citas medicas, compras y tareas cotidianas.
- Control de la medicación: lo más frecuente es que este tipo de pacientes sea de edad avanzada por lo que generalmente suelen estar polimedicados, siendo fundamental el cumplimiento de la pauta posológica establecida para que así el paciente tenga una buena adherencia terapéutica.
- Aseo e higiene del paciente para así evitar infecciones y complicaciones a largo plazo.
- Elaboración y administración de comidas, teniendo en cuenta las patologías del paciente y las capacidades cognitivas del mismo.
El cuidador tiene que reunir una serie de cualidades para así poder desarrollar su trabajo:
- Capacidad de comunicación
- Respeto
- Empatía
- Cariño
- Implicación
- Honestidad
- Iniciativa
Debido a la gran dedicación y entrega que requiere este trabajo es muy frecuente que el cuidador sufra el SÍNDROME DE BURNOUT (Síndrome del trabajador quemado), que está asociado al agotamiento mental, emocional y físico causado por el trabajo (OMS), pudiendo presentar malestar y sentimientos negativos hacia el trabajo y las personas.
Por todo esto es muy importante valorar su trabajo y ayudarlo para que pueda desarrollarlo con las mejores medidas posibles ya que esto irá en beneficio del paciente. Se puede resumir en una sola frase: ”si el cuidador no se cuida, el enfermo no está cuidado”.
La farmacia comunitaria tiene un papel fundamental para el apoyo y orientación del cuidador en las diferentes dudas que le puedan surgir, ya el farmacéutico es el profesional sanitario más accesible para la población y debido a su formación multidisciplinar está plenamente capacitado para dar una información fiable y segura.
Solo decirte, cuidador/a, que en la Farmacia cuidamos de ti, AQUÍ TIENES TU CASA.
Nota: el 5 de noviembre es el Día del Cuidador y se celebra la onomástica de Santa Ángela de la Cruz, que dedicó toda su vida a CUIDAR.
Autor/es
Lourdes Pérez Barrientos
Farmacéutica comunitaria. Miembro del grupo Adjúntate Envejecimiento activo del RICOFSE.