La piel es el órgano más grande del cuerpo. Entre las principales funciones de la piel está la protección. Esta protege al organismo de factores externos como bacterias, sustancias químicas y temperatura. Pero la piel está expuesta a muchos factores externos a los que hoy en día llamamos EXPOSOMA en el cual se incluyen polución, estrés, alimentación, temperatura, tabaco, sueño y radiación solar, siendo esta última la causante del temido cáncer de piel.
La mayoría de los cánceres de piel comienza en la capa superior de la piel, llamada epidermis. Existen tres tipos principales de células en esta capa:
- Células escamosas: estas son células planas en la parte superior (externa) de la epidermis que se desprenden constantemente a medida que las nuevas células se forman. Cuando estas células crecen fuera de control, pueden convertirse en carcinoma de células escamosas o espinocelular.
- Células basales: estas células están en la parte inferior de la epidermis, llamada capa de células basales. Estas células se dividen constantemente para reemplazar las células escamosas que se desprenden de la superficie de la piel. A medida que estas células se desplazan hacia la epidermis se vuelven más planas, y con el tiempo se convierten en células escamosas. Los cánceres de piel que comienzan en la capa basal de las células se denominan carcinomas de células basales o basocelulares.
- Melanocitos: estas células producen el pigmento marrón llamado melanina que causa que la piel se broncee o se ponga morena. La melanina actúa como bloqueador solar natural del cuerpo que protege las capas más profundas de la piel contra algunos de los efectos nocivos del sol. El cáncer de piel tipo melanoma comienza en estas células.
La epidermis está separada de las capas más profundas de la piel por la membrana basal. Cuando un cáncer de piel se vuelve más avanzado, por lo general atraviesa esta barrera y las capas más profundas. Podemos distinguir distintos tipos de cáncer de piel:
- CÁNCER NO MELANOMA: se incluyen carcinoma basocelular o carcinoma espinocelular.
- CÁNCER MELANOMA: se produce en los melanocitos.
Carcinoma de células basales
También llamado CARCINOMA BASOCELULAR. Es el tipo más común de cáncer de piel. Alrededor de 8 de cada 10 casos de cáncer de piel son de este tipo. Estos cánceres comienzan en la capa celular basal, que es la parte inferior de la epidermis. Aparece como un cambio en la piel, por ejemplo, un bulto o una llaga que no sana.
Por lo general, estos cánceres surgen en las zonas expuestas al sol, especialmente la cara, la cabeza y el cuello. Estos cánceres suelen crecer lentamente. Es muy poco común que el cáncer de células basales se propague a otras partes del cuerpo. Pero de no tratarse, el cáncer de células basales puede extenderse hacia las áreas cercanas e invadir el hueso u otros tejidos debajo de la piel.
El carcinoma de células basales puede reaparecer (recurrir) en el mismo lugar de la piel, si no se extrae completamente. Las personas que han tenido cánceres de piel de células basales también tienen una probabilidad mayor de padecer nuevos cánceres en otros lugares.
Carcinoma de células escamosas
Alrededor de 2 de 10 diez casos de cáncer de piel son carcinomas de células escamosas, también llamado CARCINOMA ESPINOCELULAR. Estos cánceres se originan en las células planas en la parte superior (externa) de la epidermis, a partir de los queratinocitos. Estos cánceres comúnmente aparecen en las áreas del cuerpo expuestas al sol, tales como la cara, las orejas, los labios y el dorso de las manos. También puede surgir en cicatrices o llagas crónicas de la piel en otras partes del cuerpo. Algunas veces comienzan en las queratosis actínicas.
Queratosis actínica
La queratosis actínica, también conocida como queratosis solar, es una enfermedad precancerosa de la piel causada por exposición excesiva al sol. Por lo general, las queratosis actínicas son manchas pequeñas y ásperas o escamosas que pueden ser de color rosado rojizo o del color de la piel. Suelen originarse en la cara, las orejas, el dorso de las manos y los brazos de las personas de edad mediana o mayores que tienen la piel blanca, aunque también pueden aparecer en otras áreas expuestas al sol. Por lo general, las personas que las tienen desarrollan más de una.
La queratosis actínica tiende a crecer lentamente y por lo general no causa ningún síntoma (aunque algunas pueden causar comezón e irritación). Algunas veces desaparecen por sí solas, pero pueden reaparecer.
Un pequeño porcentaje de queratosis actínicas se puede convertir en cánceres de piel de células escamosas. La mayoría de las queratosis actínicas no se transforman en cáncer, aunque puede que a veces sea difícil diferenciarlas de verdaderos cánceres de piel.
Los cánceres de células escamosas generalmente se pueden extirpar por completo (o tratar de otras maneras), aunque son más propensos que los cánceres de células basales a extenderse hacia las capas más profundas de la piel y propagarse a otras partes del cuerpo.
Cáncer de piel MELANOMA
El melanoma es un tipo de cáncer que se origina en los melanocitos. No es tan común como el carcinoma basocelular o el carcinoma espinocelular, pero es mucho más grave, presenta el mayor índice de mortalidad y es responsable del 75% de las muertes por cáncer de piel. El melanoma afecta más a menudo a los hombres y mujeres de piel clara, pero puede afectar a personas con todo tipo de piel. En raras ocasiones también puede aparecer en mucosas y otras áreas, como los ojos, la boca, región genital, el intestino grueso y otros órganos internos.
Los síntomas o signos de un melanoma pueden ser:
- Cambio de tamaño, forma o color de un lunar.
- Lunares que sangran.
- Lunares que pican, se notan duros, hinchados o más sensibles que el resto de la piel al palparlos.
- También puede aparecer como un lunar nuevo.
El melanoma se puede diseminar con rapidez a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o de la sangre. Al igual que la mayoría de los cánceres, el tratamiento es más eficaz cuando se diagnostica pronto. Para prevenir el melanoma, es importante examinar la piel de forma regular y familiarizarse con los lunares para poder identificar mejor los cambios. Existe un mayor riesgo de que los lunares presentes al nacer y los lunares atípicos se vuelvan malignos.
Las personas que presentan las siguientes características pueden tener un mayor riesgo de presentar melanomas:
- Cabello rubio o pelirrojo.
- Ojos claros.
- Tez clara.
- Historia de melanoma en la familia.
- Nevus displásicos (lunares que han cambiado de color, tamaño, forma, etc.).
- Muchos lunares (más de 50).
- Muchas pecas.
- Tratamiento con inmunosupresores.
- Exposición frecuente al sol, con historia de quemaduras solares. El tiempo de exposición al sol sin protección afecta directamente al riesgo de cáncer de la piel.
- Incapacidad de broncearse.
La regla del ABCDE nos puede ayudar a distinguir un lunar normal de un melanoma:
- A: Asimetría: que la mitad de un lunar no es igual que la otra mitad.
- B: Bordes irregulares: bordes desiguales. Irregulares, borrosos o dentados.
- C: Color: los colores más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro.
- D: Diámetro: cuando el lunar mide más de 6 milímetros o aumente de tamaño (mayor de 6 mm).
- E: Evolución: si el lunar experimenta cambios en cuanto a tamaño o forma.
FOTOPROTECCIÓN
Las radiaciones solares que son las responsables del daño en la piel son:
- Radiaciones UVB: con longitud de onda de 290 a 320 nm, se quedan en epidermis y son los responsables del bronceado de la piel como un mecanismo de defensa del daño solar en la misma. También son las responsables de las quemaduras solares, por lo cual producen una alteración en el sistema inmunológico pudiendo provocar cáncer de piel.
- Radiaciones UVA: con longitud de onda 320 a 400 nm, penetran hasta la dermis y son las responsables del envejecimiento cutáneo, son capaces de atravesar los cristales y producen mutaciones de ADN lo que puede derivar en canceres cutáneos a largo plazo.
- Radiaciones HEV: longitud de onda entre 400-700nm. Suele causar pigmentación, fotoenvejecimiento, entre muchos otros. De esta luz cabe destacar la luz visible azul, que procede de forma natural como artificial (de la mano de dispositivos electrónicos como ordenadores, móviles, televisores; luces de tipo LEDs…).
- Infrarroja: longitud de onda por encima de 700nm. Tiene la capacidad de atravesar todas las capas de la piel, llegando incluso a la hipodermis. Provocan alteraciones cutáneas como el fotoenvejecimiento, eritemas y sensación de calor.
A raíz del daño que produce estas radiaciones en nuestra piel debemos tener una serie de recomendaciones para proteger la piel de los daños nocivos del sol.
Recomendaciones básicas para tomar el sol
- Hay que tener en cuenta que los niños menores de 3 años no deben exponerse directamente al sol y que no es conveniente hacerlo en la franja horaria comprendida entre las doce y las cuatro de la tarde.
- El producto de protección solar se aplicará media hora antes de la exposición al sol, con la piel limpia y seca. En casos de insolación elevada conviene utilizar una indumentaria adecuada que incluya unas gafas de sol y un sombrero.
- El fotoprotector debe aplicarse de forma generosa sobre la piel: aplicar 2 mg/cm2 que se equivale a dos dedos en el rostro, 4 en espalda y torso, 2 en brazos y piernas.
- Debe renovarse frecuentemente la aplicación (aproximadamente cada 2 horas) y cada vez que la persona se introduzca en el agua.
- Incluso si nos encontramos en la sombra o el día está nublado, es necesario una protección adecuada (las nubes no bloquean el paso de los rayos ultravioleta).
- El riesgo de presentar quemaduras en la alta montaña o el mar abierto es elevado.
- No se deben utilizar productos que contengan alcohol, perfumes o colonias cuando vayamos a exponernos al sol, ya que pueden inducir a la aparición de manchas oscuras en la piel.
- No hay que olvidar que la arena y el césped reflejan los rayos solares, aumentando sus efectos nocivos sobre la piel y el riesgo de presentar quemaduras.
- Las personas que tienden a presentar herpes labiales deben tener en cuenta que el sol es un factor causal, por lo que es imprescindible utilizar una elevada protección solar (pantalla total) en esa delicada y desprotegida zona. También hay que extremar las precauciones en aquellas zonas más sensibles, como la nariz, escote e incluso la raya del pelo o el cuero cabelludo.
Conclusiones
Como resumen, para concluir, tenemos que tener mucha precaución con el sol ya que es muy dañino, no solo porque produce el fotoenvejecimiento de la piel sino porque produce daños mayores como el temido cáncer de piel.
Como profesionales sanitarios, desde la oficina de farmacia te podemos ofrecer información al respecto. Visita al dermatólogo para que lleve un control y poder atajar las lesiones cancerosas a tiempo y evitar daños mayores.
IG: @lolicarofarma
Bibliografía
-https://aedv.es/el-exposoma-los-factores-que-influyen-en-el-envejecimiento-de-la-piel
-https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-piel-de-celulas-basales-y-escamosas/acerca/que-es-cancer-de-piel-de-celulas-basales-y-escamosas
-https://www.contraelcancer.es/es/todo-sobre-cancer/tipos-cancer/cancer-piel/melanoma/síntomas
-https://www.hscor.com/es/cartera-servicios/dermatologia/enfermedades/cancer-cutaneo-queratosis-actinicas-carcinoma-espinocelular
-https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-piel-tipo-melanoma
-https://www.consejosdetufarmaceutico.com/enfermedades/cancer/la-regla-abcde-nos-permite-detectar-un-cancer-de-piel
-https://www.cancer.org/es/saludable/protejase-del-sol/proteccion-contra-rayos-ultravioleta
Autor/es
Loli Caro Vergara
Farmacéutica comunitaria. Coordinadora del grupo adjúntate Dermofarmacia del RICOFSE.