Los piojos son un clásico de la vuelta al cole y no siempre se tratan correctamente. ¿Sabes cómo actuar cuando hay un brote de piojos en el colegio? ¿Quieres saber por qué se producen las resistencias a los tratamientos? En esta entrada te explicamos todo lo necesario para mantener a raya a estos temidos parásitos.

Los piojos de la cabeza (Pediculus humanus capitis) son insectos que viven exclusivamente en el cuero cabelludo del ser humano, produciendo la infestación llamada pediculosis. Son muy contagiosos y se transmiten entre las personas por contacto directo de una cabeza con otra, ya que no tienen alas ni tampoco pueden saltar ni nadar. Es posible también el contagio por objetos de uso personal como gorras, accesorios de pelo, toallas, etc. , pero es mucho menos frecuente, porque los piojos rara vez sobreviven más de 2 días fuera del cuero cabelludo.

Un buen diagnóstico es fundamental

Los piojos huyen de la luz y son difíciles de encontrar a simple vista. Las liendres son más fáciles de ver, pero hay que saber diferenciarlas de partículas de caspa, descamación epitelial y folículos del pelo. Son de color blanco grisáceo, pero pueden tomar un tono similar al del cabello. Un método que puede ayudarte a diferenciarlas es soplar sobre las partículas dudosas: si se mueven, seguro que no son liendres, porque éstas se encuentran firmemente adheridas al pelo por una especie de pegamento que segrega el piojo.
El picor es un síntoma que puede aparecer hasta 4 ó 6 semanas después de la primera infestación. Se debe a la sensibilización de la piel a la saliva del piojo. En cambio, sí se puede tener sensación de que hay ‘algo andando por la cabeza’ antes de que haya picor.
El diagnóstico definitivo de pediculosis se hace cuando se encuentra un piojo vivo, y no antes. La presencia de liendres no necesariamente indica que haya infestación; si sólo se encuentran liendres a más de 1 cm del cuero cabelludo, es casi seguro que estén vacías, y esto puede indicar que el niño tuvo piojos pero no los tiene ya.
Hazte con una buena lendrera y ve peinando el cabello por secciones mientras observas con una buena luz (mejor si es natural) e incluso con una lupa, si es necesario. Las zonas mas problemáticas son la nuca y detrás de las orejas. Es mejor si haces esta operación con el pelo húmedo, ya que los piojos se desplazan más torpemente cuando el pelo está mojado que cuando está seco. Si descubres piojos en uno de tus hijos, revisa a todos los que convivís en casa.

Tratamiento

Como norma general, nunca se debe iniciar un tratamiento si no se ha visto un piojo vivo. En tu farmacia encontrarás gran variedad de productos de tratamiento de pediculosis, llamados pediculicidas, y allí te podrán aconsejar de cuál se ajusta más a tus necesidades. En otro post repasaremos las opciones de tratamiento disponibles.
Es importante que sigas las instrucciones del prospecto lo mejor posible.

¿Por qué fallan los tratamientos?

Si la infestación no ha desaparecido después del tratamiento, puede ser debido a varias causas:
  • Uso incorrecto del pediculicida: es la causa más frecuente de fracaso del tratamiento. Generalmente se debe a no haber seguido las instrucciones del producto correctamente: se ha dejado menos tiempo del indicado, no se ha impregnado todo el pelo, no se ha repetido la aplicación a la semana…
  • Fallo del pediculicida: ningún tratamiento es efectivo al 100%.
  • Reinfestación: puede que se hayan vuelto a adquirir piojos después del tratamiento.
  • Falta de actividad ovicida (eliminación de liendres) y/o efecto residual: algunos pediculicidas, como la permetrina, dejan un residuo en el pelo que puede matar al 20-30% de las liendres que no murieron con la primera aplicación; el uso de champús y acondicionadores tras el tratamiento reduce este efecto residual drásticamente, disminuyendo así la eficacia del preparado.
  • Resistencia al tratamiento: significa que el pediculicida no es efectivo y los piojos no mueren (son resistentes). El mal uso y el abuso de los pediculicidas han dado como resultado la aparición de resistencias a permetrina y piretrinas, sobre todo. Para un empleo responsable de los pediculicidas, es muy importante no usar productos de tratamiento como prevención y no usar el mismo tratamiento una y otra vez si no es efectivo: la sobreexposición de los piojos a estas sustancias es la causante de la mayoría de las resistencias. Si, después de realizar correctamente el tratamiento, éste no funciona, cambia a otro tipo de producto.

Ante un brote, ¿es posible la prevención?

Es poco probable que se puedan prevenir todas las infestaciones de piojos, dado que los niños juegan a menudo con sus cabezas muy cerca unas de otras. Cuando se descubre un brote de pediculosis en el colegio, la mejor forma de minimizar su propagación es que los padres revisen regularmente a sus hijos con lendrera (una vez a la semana, con el pelo húmedo) y que se trate rápidamente a los que estén afectados. Es mejor recoger el pelo, si es largo, y se debe educar a los niños a no compartir objetos como gorros u otros accesorios para el cabello.
De forma complementaria, en las farmacias puedes encontrar productos repelentes, formulados a base de aceites esenciales que ahuyentan a los piojos y hacen el pelo más resbaladizo y, por tanto, dificultan el agarre de estos insectos. Como hemos comentado anteriormente, aplicar productos de tratamiento de forma preventiva no tiene ningún beneficio; tan solo contribuye a la aparición de resistencias.
Y tú, ¿qué haces cuando descubres que hay piojos en casa?

Autor/es

+ posts

FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla