Las bebidas energéticas están de moda. Y cada vez más. Las encontramos en los supermercados, bares, publicitadas en los distintos medios… Pero, ¿qué son realmente? ¿Para qué sirven? ¿Puede tomarlas cualquier persona? A estas y otras preguntas vamos a intentar dar respuesta en este post. Pasen y lean…

Las bebidas energéticas llevan ya unos años instaladas en nuestros supermercados. Según los mensajes publicitarios, sirven para ayudarnos a sobrellevar el cansancio de forma inmediata porque “nos darán alas” para ello. Existen ya muchas marcas distintas (normalmente con envases de colores llamativos y con letras y nombres muy vistosos), pero todos tienen en común el llevar en su composición sustancias estimulantes como cafeína, guaraná, taurina… en cantidades bastantes considerables.
Estas sustancias, como hemos dicho, se denominan ESTIMULANTES o EXCITANTES, es decir, disminuyen nuestra sensación de cansancio. Además también aumentan nuestro nivel de atención de modo que ayuda a mejorar nuestra concentración.
El problema es que también presentan efectos adversos (sí, sí… como los medicamentos, puesto que son sustancias farmacológicamente activas). Así, no es extraño que aparezcan síntomas como subida de tensión arterial, taquicardias, nerviosismo o excitación, e incluso pueden tener efectos gastrointestinales, como vómitos o diarreas.
Recientemente la EFSA (European Food Safety Authority) ha publicado un informe donde se analiza el consumo de este tipo de bebidas en Europa arrojando datos bastantes preocupantes. Y es que no solo ha aumentado la demanda en general de este tipo de bebidas, sino que resulta que los niños también las están ingiriendo. El informe de la EFSA indica que el 18% de los consumidores de estos productos son niños de entre 3 y 10 años!!!
Igual de llamativo resulta el hecho de que el 68% de los consumidores sean adolescentes de entre 10 y 18 años. Esta cifra demuestra que las bebidas energéticas están teniendo un gran auge entre los jóvenes, que las toman como si fuera un simple refresco cuando hemos visto que no lo son. Si quieres más información puedes acceder a la nota de prensa de la EFSA pinchando aquí.
Otro asunto preocupante es la moda de combinar estos productos con bebidas alcohólicas en sustitución de los refrescos típicos de cola o similares. Se ha comprobado que esto acarrea una serie de problemas ya que al estar asociado con este tipo de sustancias estimulantes la sensación de estar “bebido o borracho” no se tiene hasta que ha pasado más tiempo que en aquellos casos en los que no se asocia a este tipo de bebidas. Por lo tanto puede que el individuo siga bebiendo más alcohol sin preocuparse hasta que llega un momento en que la intoxicación etílica empieza a manifestarse más bruscamente.
Por supuesto este tipo de bebidas no deben ser usadas por personas diabéticas, hipertensas, embarazadas ni niños. Y si no estás en ninguno de estos grupos acuérdate de este artículo cuando tengas alguna de estas latas o botellas en tu mano.

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