¿Qué son los probióticos? ¿Y los prebióticos y posbióticos? ¿Por qué se recomiendan en diarreas? ¿Hay estudios que respalden su uso? ¿Qué diferencia hay entre los alimentos enriquecidos con probióticos y los suplementos que existen en las farmacias? Esta semana te aclaramos todas estas cuestiones.

En 1787 Cagniard de la Tour descubrió que en los líquidos de preparación de la cerveza aparecían unos corpúsculos redondeados que se reproducían rápidamente. Sólo cuando existían esas células en los tanques de líquido se podían transformar el lúpulo y la malta en cerveza. Son los inicios de la microbiología. En 1908 Metchnikoff recibe el premio Nobel por sus estudios sobre las bacterias intestinales.
En el cuerpo humano, conviviendo con nosotros, existen unos cien billones de microorganismos de más de cuatrocientas especies diferentes (diez veces más que el número de células que tenemos). Es lo que se conoce como microbiota. Estos microorganismos son responsables, entre otras funciones, de la descomposición del sudor, el pH  vaginal, la síntesis de vitaminas, la digestión de determinados nutrientes o la liberación de sustancias que atacan a microorganismos patógenos.
No podríamos sobrevivir sin este universo microscópico que a su vez vive gracias a nosotros. Hombres y microbios hemos firmado un pacto conjunto de supervivencia. Ya desde que somos bebés, a través de la lactancia materna, la madre proporciona al niño parte de su flora intestinal por un mecanismo aún no bien conocido.
Una dieta inadecuada, los antibióticos, el estrés, la contaminación, las enfermedades debilitantes agudas o crónicas y sobre todo patologías intestinales no controladas (enfermedad celiaca, síndrome de intestino irritable, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn) pueden alterar ese equilibro y producir lo que se conoce como “disbiosis”. La disbiosis está relacionada con multitud de enfermedades como diabetes, obesidad, cáncer colorrectal, patologías intestinales y en general déficit del sistema inmunitario.
Para combatir o prevenir esta disbiosis y reforzar el equilibrio de nuestra flora existen probióticos, prebióticos y posbióticos. Estas sustancias se encuentran en alimentos fermentados (como el yogur), alimentos enriquecidos y suplementos alimenticios disponibles en farmacias. En ellas se dispone de diversos preparados de determinadas cepas de probióticos, bien aisladas, bien mezcladas, en una dosis determinada. Estos preparados tienen indicaciones concretas en función de su composición y dosificación.
Los probióticos son microorganismos vivos que, en cantidades y fórmulas adecuadas, refuerzan el equilibrio simbiótico (esta alianza mutua) con el consiguiente beneficio para la salud, como las bacterias del género Lactobacillus.
Los prebióticos son sustancias que favorecen el crecimiento o la actividad de la microbiota (nuestros microorganismos aliados), como la inulina.
Los posbióticos son sustancias generadas por los microorganismos que tienen acción nutricional, metabólica y/o inmunitaria. Ejemplo de ello es el ácido butírico.
No todos los probióticos sirven para todo, pregunta en tu farmacia por la evidencia que existe en cada caso. Además, aunque en personas sanas estos productos son seguros, hay descritos casos de sepsis (infección generalizada) en prematuros, pacientes inmunocomprometidos o con neoplasias, así que si decides beneficiarte de estos increíbles bichitos, pregunta a un profesional sanitario sobre la cepa y el preparado que más te conviene. Recuerda que lo natural no siempre es seguro.
También es importante la dosis. Igual que una gota de paracetamol no bajará la fiebre de tu hijo, no basta con saber que un alimento contiene Lactobacillus, hemos de administrar la dosis a la que se ha demostrado ser efectiva, otro motivo más para obtener los probióticos en las farmacias si queremos usarlos con ese fin, con alimentos enriquecidos o fermentados difícilmente podremos controlar la dosis.
Estos suplementos han demostrado beneficios cuando se usan en un proceso agudo de diarrea (comúnmente producida por rotavirus y norovirus), cuando los pacientes que consumen antibióticos tienen diarreas asociadas, y en general en pacientes con problemas digestivos con diarreas prolongadas asociadas, pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal o asociados a la terapia triple en tratamientos de úlcera péptica. Cuando vayas a la farmacia a buscar suero de rehidratación oral para una diarrea, acuérdate de preguntar por ellos.

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Farmacéutica. Desarrollo de Proyectos Profesionales y Relaciones Institucionales del COF Sevilla.