El pasado 18 de noviembre se celebró el Día Europeo para el Uso Prudente de Antimicrobianos. En este post analizamos qué es la resistencia a los antibióticos y qué podemos hacer para reducir su aparición.
1. ¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?
Según la definición de la OMS, la resistencia a los antimicrobianos (o farmacorresistencia) se produce cuando los microorganismos, sean bacterias, virus, hongos o parásitos, sufren cambios que hacen que los medicamentos utilizados para curar las infecciones dejen de ser eficaces. Es decir, el tratamiento que antes era efectivo ya no lo es y las infecciones persisten en el organismo, lo cual disminuye la probabilidad de curación y aumenta el riesgo de contagio a otras personas.
2. ¿Qué quiere decir que los microorganismos “sufren cambios”?
Estos cambios son modificaciones genéticas (mutaciones) que favorecen a los microorganismos que se adaptan mejor al ambiente; es decir, en este caso, a aquellos que sobreviven (son resistentes) a los tratamientos farmacológicos. Este proceso sucede de forma natural a un ritmo muy lento (es lo que se conoce como “selección natural”), pero se ve acelerado por el abuso y mal uso de los antimicrobianos.
De ahora en adelante, para simplificar, nos referiremos al caso concreto de la resistencia a antibióticos (tratamiento para infecciones bacterianas), pero lo mismo se puede aplicar al resto de los microorganismos (virus, hongos, parásitos).
3. ¿Cómo se crea una resistencia?
Cuando hay una infección, algunas bacterias son sensibles al antibiótico y mueren y otras tienen la capacidad de sobrevivir a cierta cantidad del fármaco; esto sucede debido, como hemos visto antes, a mutaciones genéticas dentro de la misma especie. Si la dosis de antibiótico es suficiente, al final acabará con la mayoría de las bacterias, incluyendo a las que tenían cierta resistencia. Sin embargo, si el tratamiento es insuficiente o se interrumpe, sólo morirán las bacterias sensibles y las más “fuertes” seguirán viviendo y se reproducirán dando lugar a bacterias “hijas” resistentes al antibiótico. Como consecuencia, se producirá una recaída de la enfermedad causada por bacterias que serán todas resistentes en cierta medida.
Al principio, esta infección podría tratarse con mayores dosis del medicamento o con un tratamiento más largo. Sin embargo, sucesivas mutaciones darán lugar a bacterias cada vez más resistentes hasta que, con el tiempo, el tratamiento ya no será eficaz en absoluto. Estas bacterias pueden contagiar a otras personas e, incluso, transferir la capacidad de resistencia a otras especies.
El arsenal de antibióticos de que disponemos en este momento es limitado y algunos están reservados para las infecciones más resistentes. Aun así, ya se han detectado bacterias ultrarresistentes que no responden a ningún tratamiento conocido.
4. ¿Cuáles son las causas de la aparición de resistencias a antibióticos?
Según la OMS, son estas:
- Abuso de prescripción de antibióticos: se prescriben, por ejemplo, para infecciones causadas por virus o de causa desconocida, tanto en personas como en animales. Esta práctica va remitiendo gracias a la concienciación de los profesionales sanitarios.
- Pacientes que no toman los antibióticos como se los prescribieron: es muy común dejar de tomar los medicamentos cuando van mejorando los síntomas de la infección. ¡Muy mal! Las dosis y la duración del tratamiento están calculadas para eliminar a la mayoría de las bacterias. Como hemos comentado, si el tratamiento es insuficiente quedarán vivas las bacterias más “fuertes”.
- Utilización innecesaria de antibióticos en ganado, peces y agricultura.
- Insuficiente control de infecciones en hospitales. Algunas de las bacterias más resistentes han aparecido en centros sanitarios.
- Falta de hábitos saludables que eviten el contagio.
- Falta de tests rápidos de laboratorio.
5. ¿Qué medidas están a nuestro alcance para disminuir la aparición de resistencias?
La resistencia a los antimicrobianos está aumentando de forma preocupante y es motivo de alarma mundial. Está claro que algunos de los puntos anteriores sólo dependen de los gobiernos y las autoridades sanitarias. Sin embargo, como pacientes, sí están en nuestra mano la utilización correcta de los medicamentos y la adquisición de hábitos saludables para evitar la propagación de enfermedades.
Para ello, te recomendamos esta infografía, elaborada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, con las principales medidas para el uso prudente de los antibióticos.
Autor/es
FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla