Llegan las altas temperaturas a la ciudad. El calor se aloja en nuestras vidas y de nuevo, tenemos que acostumbrarnos a vivir con él. Pero afortunadamente para algunos, existen esos oasis de frescor que permiten tomarnos ciertos momentos de respiro y que son las piscinas y las playas. Disfrutemos de ellas al máximo, aunque siempre con cuidado. Además de la protección solar y el resto de recomendaciones que existen para tomar el sol y bañarnos de forma saludable, no debemos olvidar que existe una parte de nuestro cuerpo que también se puede ver afectada en estas fechas: los oídos. Así que si eres una de esas personas que sufren en verano otitis u otros problemas de oídos de forma frecuente, no dejes de leer lo que viene a continuación…

Como bien sabemos, el oído es un órgano que nos permite escuchar y que también permite que podamos mantenernos en equilibrio. Si lo tenemos afectado puede dar lugar a situaciones tan variadas como pérdida de audición, mareos o ruidos constantes, llamados acúfenos.
Dentro del oído (en el canal auditivo) se produce el cerumen (o también conocido como la cera de los oídos). Muchas personas pueden pensar que el cerumen es suciedad que hay que eliminar, pero esta es una creencia errónea. El cerumen está formado por restos de piel, grasa y otras secreciones que produce el propio oído y que sirve para protegerlo. Constituye una especie de barrera para impedir la entrada de objetos extraños en el oído (sustancias, polvo, bacterias…). Además, el cerumen se va eliminando progresivamente de forma natural. Por esta razón, es un error intentar limpiarlo de forma rutinaria.
Nunca debemos usar bastoncillos de algodón ni otra cosa parecida para limpiarnos la parte interior del oído por varias razones:
  • Podemos alterar ese sistema natural de limpieza que hemos comentado que tiene el oído.
  • Podemos empujar el cerumen y favorecer que se forme un tapón.
  • O incluso corremos el riesgo de tocar el tímpano y dañarlo, lo cual puede traer serias consecuencias.
Por todo ello, no dediquemos nuestros esfuerzos en limpiar los oídos por dentro: NO HACE FALTA.
Lo que sí puede ocurrir en alguna ocasión es que se nos forme dentro del oído el famoso TAPÓN, que no es más que ese cerumen que por alguna razón empieza a compactarse. Nos damos cuenta de que tenemos un tapón cuando nos pica el oído en exceso, no escuchamos bien o incluso si se deja mucho tiempo, nos duele el oído.
Los baños en la piscina o en la playa pueden ser el factor desencadenante para que nos demos cuenta de que tenemos un tapón. ¿Por qué? Pues porque al entrar en contacto con el agua, puede ocurrir que el tapón se hinche y de repente nos quedemos sin escuchar y que incluso nos duela. Si esto pasa, hay que acudir al otorrino para que nos eche un vistazo en el oído y nos extraiga el tapón (si eso es lo que nos ha pasado).
Hay personas que pueden tener tendencia a que se le formen tapones en los oídos por diferentes motivos:
  • Presencia de abundantes pelos en el canal auditivo.
  • Tener ese canal muy estrecho.
  • O incluso utilizar habitualmente auriculares de los que tienen una parte que se introducen en el oído.

Por eso te recomendamos que si frecuentemente tienes que ir al médico por este problema, hagas una visita al otorrino antes de que empiece la temporada de baños; de este modo tendrás tus oídos preparados para disfrutar y no te llevarás una desagradable sorpresa en pleno verano. Además algunas veces pueden desembocar en infecciones con lo que además de padecer el dolor de oído (que no suele ser moco de pavo) vas a tener que estar los días que te diga tu médico echándote las gotas correspondientes y sin poder bañarte: un fastidio.

Por cierto, si tienes que ponerte gotas en el oído no dejes de ver este vídeo nuestro en el que te explicamos cómo hacerlo de forma correcta.

En las farmacias puedes encontrar tapones para los oídos que se recomiendan en personas con estos problemas a modo de prevención.
Los hay de varios tipos: espuma, silicona, rígidos… Hoy en día, los de silicona son de los más usados para el agua. En tu farmacia te pueden indicar cómo usarlos; los pasos a seguir son los siguientes:
  • Limpiarte las manos para manejarlos.
  • Moldear el tapón para darle una forma cónica.
  • No cortarlo ni quitarle un trozo.
  • Colocarlo en el oído tirando de la parte superior de la oreja hacia arriba y hacia atrás con la mano contraria a la de la oreja.
  • Una vez colocado presionarlo con el dedo pulgar asegurando que queda bien taponado.
Así que ya sabes… coge tu sombrero y póntelo… pero no te olvides también de cuidar tus oídos ya que solo tenemos dos. ¡Disfruta del verano!

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