Ya está aquí la primavera y junto con ella el pico de alergia en la población, ya que es en esta época cuando se produce la polinización. En este post nos centraremos en uno de los síntomas más incómodos de la alergia, la rinitis alérgica.
Los pólenes no son los únicos causantes de los procesos alérgicos. Los agentes que dan lugar a una reacción alérgica se llaman, de forma general, alérgenos, y como ya he adelantado, pueden ser pólenes, pero otros agentes que pueden dar lugar a una reacción alérgica son los medicamentos, ácaros, animales, metales, alimentos, hongos, picaduras, sol, látex…, si bien es cierto la mayoría de las alergias se deben principalmente a pólenes, medicamentos y ácaros.
La rinitis alérgica consiste en la inflamación de la mucosa nasal que se da como respuesta inflamatoria al contacto de la membrana de las fosas nasales con el alérgeno; la nariz actúa como barrera frente a los principales agentes externos, pero cuando se es sensible a determinados alérgenos que pueden entrar en contacto con la mucosa nasal (principalmente pólenes, hongos, ácaros y animales domésticos), comienza la sintomatología típica: picor nasal, estornudos, secreción nasal (más bien acuosa) y congestión. Cuando además se afecta de síntomas oculares como picor, enrojecimiento y lagrimeo, se llama rinoconjuntivitis alérgica.
En vuestra farmacia más cercana podréis encontrar multitud de medicamentos y productos destinados a combatir esta sintomatología y sobrellevar algo mejor los síntomas de la alergia; además tu farmacéutico te asesorará sobre cuál es el más idóneo según el estado de tu alergia. Entre los productos y medicamentos más usados, encontraréis:
- Agua de mar: usada a diario permite mantener la nariz limpia e hidratada, y libre de alérgenos y microorganismos. Se puede usar a demanda cada vez que lo necesitéis.
- Cetirizina: es un antihistamínico que, tomado una vez al día, alivia los principales síntomas (picor de ojos, nariz, rinorrea, cansancio…). Además a diferencia de los anthistamínicos más antiguos, no suele dar sueño.
- Colirios con antihistamínicos y vasoconstrictores, que alivian el picor y enrojecimiento de los ojos. En este caso no se debe abusar, ya que podemos acostumbrarnos a ellos; lo mejor es que lo uses cuando realmente lo necesites.
- Vasoconstrictores en forma de sprays nasales con descongestivos tipo fenilefrina, tramazolina… Aquí, al igual que con el grupo anterior de medicamentos, es mejor usarlos lo imprescindible y no más de 3 veces al día.
- Existen otra serie de medicamentos que sí necesitan prescripción médica, muy usados como antialérgicos, por ejemplo los corticoides; vía nasal se absorben en un porcentaje muy bajo (en torno al 1%) y trata los síntomas locales con bastante éxito: goteo nasal, congestión, picor de ojos, lagrimeo, etc. bloqueando mediadores que intervienen en el proceso de alergia. Se trata de un grupo de medicamentos bastante seguros y ampliamente usados desde hace más de 20 años.
De forma general hay una serie de recomendaciones que se deben seguir para minimizar los efectos de esta época en las personas que sufren alergia, por ejemplo evitar contacto con el alérgeno; esto se puede conseguir ventilando la casa, pulverizando con agua de forma que las gotículas atrapan las partículas que causan alergia, viajar en coche con ventanillas cerradas, usar gafas de sol para evitar el contacto de los ojos con las partículas de polen, etc.
Si os gusta estar al día con respecto a este tema, os invito a que visitéis la web para pacientes de la Asociación Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica.
Y como siempre, si tienes cualquier duda, no olvides consultar con tu farmacéutico.
Autor/es
FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla