El 17 de mayo se celebra el día mundial de la Hipertensión Arterial, una enfermedad que afecta a uno de cada cuatro hombres y a una de cada cinco mujeres en todo el mundo.
La hipertensión arterial es una patología crónica en la que los vasos sanguíneos están sometidos a una presión elevada de forma persistente. Esta situación mantenida en el tiempo, puede dañar las paredes de los mismos y, a su vez, órganos como el riñón, cerebro y corazón que al tener que realizar un mayor esfuerzo para bombear la sangre, sufre las consecuencias de esta elevación de la presión arterial. Está considerada uno de los principales factores de riesgo que predispone a la enfermedad cardiovascular junto con el tabaquismo, la hipercolesterolemia y la diabetes, entre otros.
El problema de esta enfermedad es que en la mayoría de los casos, el paciente no experimenta ningún síntoma. De hecho, se calcula que un 42% de las personas que la padecen están sin diagnosticar según los últimos estudios. En ciertas ocasiones, la persona puede sufrir cefaleas o tensión en la zona cervical, síntomas “alerta” que ayudan a detectarla haciendo que el paciente acuda a la farmacia para realizarse un control de la tensión.
Consejos para una correcta medida de la presión arterial
Al acudir a la farmacia para controlar los niveles de tensión arterial, hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones para que el resultado sea lo más exacto posible:
- Reposar 5 minutos antes de la medida.
- No haber tomado alcohol o bebidas estimulantes en los 15-30 minutos previos.
- No haber realizado ejercicio físico previo.
- No haber comido en exceso ni tener ganas de orinar.
Tu farmacéutico determinará el brazo control para la toma de la tensión, ajustando el manguito 1-2 cm por encima del codo. El brazo deberá permanecer apoyado a la altura del corazón. Durante el proceso de medición, es necesario permanecer en silencio. La postura ideal es sentado, sin cruzar las piernas y con la espalda recta, apoyada en el respaldo del asiento. La toma de presión arterial consta de varias medidas para minimizar la reacción de alerta que es inherente a la medida y que se traduce en una elevación transitoria que puede distorsionar los resultados dando lugar a resultados erróneos.
Finalizada la medida, los valores óptimos que se deben alcanzar se sitúan por debajo 120 mm Hg para la presión sistólica y 80 mm Hg para la presión diastólica. Hablaremos de hipertensión cuando estén por encima de 140 y 90 mm Hg respectivamente. No obstante, los objetivos pueden variar en función de las características y la enfermedad de base del paciente, por lo que, en este punto, será conveniente seguir las indicaciones del farmacéutico.
Una duda muy frecuente es cuándo se debe ir a la farmacia a controlarse la tensión, “¿voy por la mañana o por la tarde?” La realidad es que el momento del día no es lo importante, pero si se acude de forma asidua que sea siempre a la misma hora. La tensión arterial tiene una gran variabilidad en función de múltiples factores de ahí que para poder comparar las tomas realizadas, se aconseja que se realice siempre a la misma hora. Además, se recomienda que los valores obtenidos se vayan documentando para disponer de un histórico de las medidas realizadas a lo largo del tiempo.
Recuerda, tu tensión siempre bajo control.
Enlaces de interés
– https://www.auladelafarmacia.com/como-medir-la-presion-arterial-de-forma-correcta/
– https://fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular/hipertension-tension-alta.html
– https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/enfermedades-vasculares-y-del-corazon/hipertension-arterial.html
– https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hypertension
Autor/es
Farmacéutica comunitaria. Miembro de Farmacéuticos en Acción del COF Sevilla