Son ya muchos los estudios que alertan de la relación entre el uso de determinadas redes sociales para buscar pareja y el riesgo de contraer alguna ETS. De hecho, en las farmacias se ha observado un claro repunte de ventas de productos para eliminar las ladillas por ejemplo.
Y al menos las ladillas se ven, y contraerlas rara vez entraña algún tipo de problema grave de salud una vez que se eliminan. El problema viene cuando se contrae alguna infección que puede derivar en una enfermedad crónica y grave; esto ocurre sobre todo cuando el agente causante es un virus.
La transmisión ocurre por contacto entre una persona infectada a otra sana; es importante por ello, sobre todo si mantenemos relaciones sexuales con desconocidos, la protección mediante el uso de preservativos, si bien el uso del condón no confiere una protección del 100%, pues algunas vías de transmisión son las prácticas sexuales que no necesariamente incluyen la penetración, sino que se pueden transmitir vía sanguínea o por transmisión vertical (durante el embarazo de la madre al niño).
Estas ETS pueden tener distintos orígenes:
- Bacteriano: Gonococo (gonorrea), Clamidia, Micoplasma, Treponema pallidum (sífilis), bacilo Ducrey (chancro).
- Vírico: Virus del papiloma humano, del herpes, virus de la hepatitis B y C y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
- Protozoos como Trichomonas vaginalis.
- Parasitario: ácaros de la sarna y ladillas.
Si queréis profundizar sobre las manifestaciones clínicas de las distintas enfermedades y gravedad de las mismas, podéis ampliar información en la web www.adharasevilla.org.
La única manera de evitar al 100% el contagio es no mantener relaciones sexuales de ningún tipo, ya sea vaginal, anal u oral. Incluso el simple contacto genital piel con piel puede bastar para que se transmita una infección desde una persona infectada a una sana.
Todas las ETS se pueden transmitir de una persona infectada a otra que no lo está si no se hace uso de métodos barrera como el preservativo; pero además, algunas ETS pueden infectar mucosas, por ejemplo la bucal, por lo que se pueden transmitir no sólo por prácticas como el sexo oral, sino también mediante un simple beso, como es el caso del herpes, sífilis, gonorrea, virus del papiloma humano o hepatitis B. Es más, hay agentes que se pueden transmitir por un simple contacto de la piel de una persona sana con la piel de una persona infectada, como puede ocurrir con el virus herpes, ladillas y ácaros de la sarna.
Esta protección personal es muy importante, puesto que en ocasiones hay personas que están infectadas pero no lo saben, porque no siempre las ETS cursan con síntomas visibles o molestos. Cuando las ETS causan síntomas o molestias, estas suelen ser dolor en la zona genital o al orinar, flujo con mal olor, hinchazón, granitos o verrugas, sangrado… Por ello si observas alguna de estas situaciones tanto en ti como en tu pareja, no dudes en acudir al médico para que realice las pruebas oportunas y poder instaurar un tratamiento a tiempo en caso de que se trate de una ETS. Llegado el caso de que se trate de una ETS, el médico probablemente también te pida que se lo comuniques a tu pareja y que acuda también a la consulta, pues va a necesitar el mismo tratamiento para curarse en caso de estar también infectado.
Y como siempre, aunque se trata de temas muy personales y que a veces causan pudor, no olvides que tu farmacéutico es el profesional de la salud que tienes más cercano o con mayor fácil acceso y que puedes consultarle cualquier cosa que te preocupe al respecto.
Autor/es
FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla